Aprender a emprender
En febrero del 2016 salí del que fue mi último trabajo “formal” hasta entonces. Con formal, quiero decir un empleo de oficina, con prestaciones de ley y horario de 9am a 6pm.
A lo largo de mi trayectoria profesional he tenido trabajos muy buenos, donde he aprendido muchísimo, o dejado algo de mi parte; pero otros que no. El punto es que cuando salí, fue como un respiro a mi alma. No estaba logrando hacer grandes aportaciones a mi equipo de trabajo, y tampoco estaba aprendiendo nada. No era yo.
Estando ya “libre” de esas responsabilidades, se dió por mero accidente la oportunidad de emprender. Eso que está tan de moda y que suena en todos lados: “soy emprendendor”. No lo hice solo, mi socio -y tío- me impulsó.
Vaya, de hecho gracias a ese emprendimiento, rechacé dos ofertas de trabajo en dos agencias de relaciones públicas, una de ellas es, probablemente, la más grande no sólo de México, sino del mundo.
El flujo de capital
El problema de emprender cómo lo hicimos, fue que no recibimos un fondeo de capital y ninguno de los dos era socio capitalista; así que los primeros meses fueron muy duros, pues dinero que entraba, era el mismo que se usaba para operar y sobrevivir. Por fortuna, crecimos muy rápido de inicio.
El primer problema al que nos enfrentamos, y que hoy sigue siendo un dolor de cabeza, fue el del flujo de dinero. Para los clientes, atrasarse en un pago es de lo más normal. En ocasiones por no cumplir los requisitos para facturar y en otras, la mayoría, por errores y olvidos de su parte que en más de una ocasión me invitaban a “tirar la toalla”.
Cuando eres una “startup” sin un fondo de capital, el que uno o dos clientes retrasen su pago, impacta de manera negativa la operatividad de la empresa. Además, según he conversado con colegas, es de lo más común que los clientes paguen tarde, muy tarde. Todavía no logro descifrar si se trata de un tema de industria o de nacionalidad (mexicanos). Como sea, parece que da placer increíble que mexicanos se pongan el pie a otros mexicanos.
El complemento
Hoy seguimos operando con clientes que pagan tarde. Es por eso que tomé la decisión de complementar mis ingresos con un trabajo “tradicional”. La diferencia es que lo hice sin prisa y evité a toda cosa regresar a una agencia. Hoy, aparte de operar Conecta Uno, estoy como Project Manager en Qore.com, una comunidad de tecnología de BuscaCorp.
El título de este post se llama Aprender a emprender y algo que he aprendido en este periodo es lo siguiente:
Si vas a emprender, asegúrate de tener un ahorro o capital destinado a operar y cubrir, cuando menos, los gastos operativos.
Los clientes siempre se atrasarán en sus pagos, pero no toleran que tu lo hagas en el trabajo para el que te contrataron. Por eso mismo, recomiendo penalizar pagos atrasados y colocarlo en el contrato desde el inicio.
Organiza el flujo de dinero, no tomes de más cuando los ingresos fluyan, nunca se sabe cuando los puedas necesitar de verdad.
Sé transparente y organizado en la operación.
Paga a tiempo a tus colaboradores o empleados. Gente feliz = resultados satisfactorios.
Si eres pequeño, complementa tus ingresos con otra cosa a menos que realmente no lo necesites. Pero no pierdas el foco de lo que realmente quieres o estás buscando.
A casi 8 meses de iniciar operaciones, estoy contento pero no satisfecho. Falta mucho por hacer y mientras eso pasa no queda más que seguir preparándose para madurar el negocio, la economía y hasta uno mismo como persona, porque como bien dicen, “lo que no te mata, te hace más fuerte”.