¿Dónde está la verdadera revolución de la IA? Está ocurriendo en los muelles latinoamericanos
El avance silencioso que transforma la logística usando inteligencia artificial, lejos de Silicon Valley
Cuando pensamos en inteligencia artificial, lo primero que se nos viene a la mente son los robots escribiendo libros, generando imágenes o programando mejor que cualquier persona. Pero fuera de este foco mediático, la revolución real está ocurriendo en lugares mucho más prácticos y menos glamurosos: los puertos y centros logísticos de Latinoamérica.
Gabriel Gurovich, Chief Evangelist Officer de KLog.co, lo explica así: “KLog.co, nacida en Chile, demuestra que el futuro de la IA no está en reemplazar humanos, sino en sincronizar sistemas que antes no se hablaban”. Este enfoque no busca crear supercomputadoras creativas, sino mejorar cómo se mueve la mercancía, facilitando la vida de quienes comercian y exportan.
Hasta hace poco, la logística internacional en América Latina era una serie de obstáculos constantes. Las pymes competían en clara desventaja frente a las multinacionales, y los cuellos de botella se traducían en retrasos, sobrecostos y hasta más contaminación. Gurovich lo cuenta sin rodeos: “Nuestros modelos predicen congestión portuaria con hasta 48 horas de anticipación, ajustan rutas según clima y tráfico, y aprenden de millones de eventos operativos para evitar sobrecostos y emisiones”.
La diferencia principal ahora está en el uso de datos en tiempo real. Ya no se depende únicamente de la infraestructura física, como el cemento y el acero, sino también del poder de la información. Un contenedor que llega antes, una ciudad con menos emisiones y un importador que evita semanas de espera son logros tangibles gracias a la inteligencia artificial que funciona detrás de escena.
Los beneficios son concretos:
Eficiencia: Los algoritmos logísticos permiten que una pequeña empresa exporte con la misma precisión que una multinacional.
Resiliencia: Prever congestión y ajustar rutas en tiempo real ayuda a que la operación nunca se detenga por completo.
Oportunidad: Acceso a datos y decisiones inteligentes democratiza el comercio exterior para todos.

La inteligencia artificial y su huella energética: el reto de la eficiencia y el futuro del Edge AI
Esta revolución no se hace con robots futuristas, sino con “los flujos invisibles que hacen girar la economía”, como afirma Gurovich. Es un cambio silencioso pero profundo que permite que Latinoamérica empiece a competir en mejores condiciones.
Así pues, mientras otros celebran avances espectaculares en inteligencia artificial, lo que está cambiando la vida diaria de mucha gente es una IA muy concreta, dedicada a conectar sistemas y a resolver problemas reales. Y esa, aunque menos visible, es la revolución que ya está en marcha.




