El 5G en México tiene un problema de clase social
Los operadores reportan ingresos récord mientras 83% de usuarios sigue atrapado en servicios prepago que no pueden acceder a la nueva tecnología
La industria de telecomunicaciones en México vive una contradicción fascinante. Mientras los operadores celebran ingresos por 155,545.8 millones de pesos en el primer trimestre de 2025, según el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el país enfrenta una barrera invisible que frena el verdadero potencial del 5G: la brecha entre usuarios de prepago y pospago.
México cerró 2024 con 11% de conexiones móviles en redes 5G, posicionándose entre los cuatro mercados más avanzados de la región. Suena impresionante, pero hay un detalle incómodo: solo el 17% de los usuarios mexicanos tiene servicios de pospago, que son los únicos que realmente pueden acceder a esta tecnología. El resto, un abrumador 83%, permanece en esquemas de prepago que los deja fuera de la fiesta del 5G.
Una paradoja de números
Las cifras del IFT pintan un panorama dual. Sí, hay 30.7 millones de líneas fijas y cerca de 28.2 millones de accesos a Internet. Los ingresos suben. La conectividad crece. Pero cuando analizas la adopción real del 5G, el panorama cambia. Apenas 23.7 millones de usuarios pueden acceder a esta tecnología, y no por limitaciones técnicas, sino por barreras económicas.
Este fenómeno expone algo más profundo sobre el mercado mexicano: el 5G se ha convertido en una tecnología de clase. Los usuarios de prepago, que representan la mayoría de la población, quedan relegados a redes más lentas no porque la infraestructura no exista, sino porque los modelos de negocio actuales no contemplan democratizar el acceso.
Más allá de la velocidad
Según el análisis de EPAM Systems Inc., la competitividad futura de las telecomunicaciones mexicanas depende de tres frentes clave: optimización de redes, transformación del servicio al cliente y personalización de experiencias digitales. Pero estos cambios requieren una base de usuarios que pueda aprovecharlos, algo que el modelo actual limita.
Las interrupciones, congestión y zonas de baja cobertura siguen siendo los principales dolores de cabeza del sector. Irónicamente, estas son precisamente las situaciones que el 5G podría resolver con su capacidad de manejar más dispositivos y ofrecer conexiones más estables. Pero si solo una minoría puede acceder, el problema persiste para la mayoría.
La analítica predictiva y las redes definidas por software pueden anticipar picos de demanda y ajustar recursos dinámicamente. Sin embargo, estas tecnologías brillan cuando toda la base de usuarios puede beneficiarse de ellas, no solo un segmento premium.
El servicio al cliente como diferenciador
Los usuarios mexicanos ya no toleran demoras, falta de entendimiento y resolución deficiente de consultas. Aquí es donde la inteligencia artificial puede marcar la diferencia real. Los chatbots avanzados con modelos de lenguaje natural pueden mantener conversaciones fluidas y personalizadas, disponibles 24/7.
Pero nuevamente, la segmentación por tipo de servicio puede crear experiencias desiguales. Los usuarios de pospago podrían acceder a soporte con IA avanzada, mientras que los de prepago se quedan con sistemas básicos. Esta diferenciación puede profundizar la brecha digital en lugar de cerrarla.
La oportunidad perdida
La personalización de servicios representa el mayor potencial sin explotar. Con IA, los operadores pueden analizar patrones de uso para crear ofertas específicas: ciberseguridad, integraciones para smart homes, soluciones educativas, gaming. Pero estas innovaciones solo funcionan si hay una base amplia de usuarios que pueda acceder a ellas.
iPhone 17, iPhone Air y iPhone 17 Pro: qué cambió, qué promete y qué no
La nueva familia iPhone 17 llega con cuatro modelos y una estrategia clara: hacer que el iPhone base se sienta más “Pro”, abrir espacio a un iPhone Air ultradelgado y empujar fotografía y rendimiento en el 17 Pro y Pro Max.
El mercado mexicano tiene una oportunidad única de repensar su estrategia. En lugar de mantener el 5G como un servicio premium, los operadores podrían explorar modelos híbridos que permitan acceso gradual a estas tecnologías. Planes de prepago con acceso limitado a 5G, ofertas educativas, o esquemas familiares podrían ampliar significativamente la base de usuarios.
El reto real
Los expertos de EPAM tienen razón: solo quienes vayan a la vanguardia sobrevivirán. Pero la vanguardia no puede ser solo tecnológica; debe ser también social e inclusiva. México necesita operadores que entiendan que el verdadero crecimiento vendrá de democratizar el acceso, no de mantenerlo como privilegio.
La evolución hacia un modelo telco impulsado por inteligencia artificial es inevitable. La pregunta es si esta transformación ampliará las oportunidades para todos los mexicanos o si profundizará las divisiones existentes. La respuesta dependerá de qué tan dispuestos estén los operadores a repensar no solo su tecnología, sino también su filosofía de negocio.
El futuro de las telecomunicaciones mexicanas no se define solo por la velocidad de las redes, sino por quién puede acceder a ellas.