Call of Duty Modern Warfare III - Review
Modern Warfare III nos trae de regreso al mayor enemigo de la historia de Call of Duty. Sí, me la acabo de jugar completamente. Es que Vladimir Makarov es la personificación absoluta del mal. Calculador, frío, impredecible, capaz de llevar al mundo a una nueva guerra mundial y solo porque ese día estaba aburrido, en fin… Con solo decir esto debería ser motivo suficiente para poder catalogar a esta tercera entrega como buena pero no. ¿No me creés? Vení, te cuento el porqué.
Esta nueva entrega, del reboot de la saga de Modern Warfare, nos sitúa tiempo después de los acontecimientos de Call of Duty Modern Warfare II que vimos el año pasado. En las anteriores entregas, 2019 y 2022, hemos visto cómo ha ido formándose la legendaria Fuerza de Operaciones 141, pasando de luchar contra el general ruso Barkov en un país de Medio Oriente llamado Urzikstán a luchar contra el cártel de Las Almas en México. Esta escalada de eventos nos fue preparando, al parecer, para este momento en la historia en el cual explota todo porque hace su aparición Makarov para sembrar el caos a diestra y siniestra por todos lados.
Visualmente maravilloso
Primero vamos a detenernos en el apartado gráfico. Acá seguimos viendo el mismo motor que desembarcó en 2019 y que nos hizo deleitarnos con la calidad gráfica de las misiones. Si hay algo que no puedo criticar, es este aspecto. Los mapas están bien logrados en lo técnico, las texturas y el nivel de detalle. Las misiones con visión nocturna son una delicia.
¿Juego completo o DLC?
En cuanto a las armas, vamos a tener la misma experiencia táctica que venimos teniendo desde el reinicio de la saga. El manejo de las armas, recargar mientras se apunta, los movimientos del personaje en el manejo de los distintos tipos de armas, las físicas, todo un espectáculo. Hasta podría decirse que parece más un DLC de Modern Warfare II que un juego nuevo… Esto último es sarcasmo, por si no quedó claro.
Tratando de obviar la rabia que me da que hayan hecho de un DLC un juego aparte, debo reconocer que es una fórmula que a Activision le viene funcionando hace ya un par de años, pero, que evidentemente empieza a mostrar signos de fatiga porque en algún momento a los jugadores nos cansan las mismas estrategias, que reciclan, para llevar adelante sus franquicias como ha pasado unas 10 veces desde que salió el primer CoD. Empiezo a pensar que somos nosotros el problema…
Un Multijugador que va calado y probado
El modo multijugador sigue siendo lo mismo que el año pasado, mapas traídos de la trilogía original adaptados a las calidades actuales (que destacan para bien, hay que decirlo), el mismo sistema de creación de armas que gustó tanto y un modo zombie que no es el clásico que conocemos por rondas, sino que es DMZ con skin de zombie. Mejor, saltarse esta parte.
El modo de campaña queda a deber
Un punto totalmente negativo de esta campaña son las Misiones de Combate Abierto, una idea que parecía funcionar, pero que al final termina de romper por completo el ambiente de juego. Las misiones de Call of Duty, y sobre todo de un Modern Warfare, suelen ser completamente lineales en las que vamos del punto A al C, haciendo explotar por los cielos el B, entre medio teníamos una historia al mejor estilo Hollywood. Además, no faltaba el apoyo (mucho o poco, queda a criterio de cada uno) de nuestros aliados, como en las misiones de cubrir al tanque averiado, el de despejar Arcadia con nuestro pelotón y la ayuda de Honey Badger para llegar a la casa con el avión estrellado y un largo etc.
En este caso, estas misiones en las que nos sentíamos parte de un engranaje más amplio, rodeados de aliados, han desaparecido por completo. Por si esto fuera poco, nos meten en estas Misiones de Combate Abierto en las cuales somos nosotros solos, contra la inmensidad del mapa, haciendo minijuegos dentro del mapa de Warzone, como encontrar cajas con armas legendarias o tener que estar recolectando placas de blindaje, en las que uno puede terminar las tareas como se le dé la gana sin consecuencias en la trama argumental.
Una MCA de noche, en la que sería lógico usar el sigilo, se puede hacer corriendo por todos lados, disparando a lo que se te dé la gana y haciendo el mayor ruido posible. No afecta a la historia. Una misión en una base enemiga para colocar rastreadores en containers (debería ser obligatorio el sigilo) la podés hacer explotando todo a tu paso. No hay problema, en la siguiente cinemática se ve la luz del rastreador GPS a kilómetros, pero no pasa nada, se la llevan igual como si obviaran el hecho de que te acabas de bajar 3 pelotones de enemigos.
Ojo, también están las misiones lineales, al mejor estilo Modern Warfare y son muy buenas. Deberían haber sido todas así, como un CoD tradicional.
La campaña dura alrededor de 3 horas y media, de las cuales, casi seguro, una hora es de cinemáticas. Sí, las cinemáticas son geniales, me gustan, pero son casi un tercio de la campaña. Creo que no hace falta decir que eso es un punto muy negativo.
No vamos a entrar en grandes spoilers, pero debo decir que la campaña de este Call of Duty se siente descolgada de toda la historia que nos han tratado de contar, y eso que la del Modern Warfare del año pasado venía atada con alambres, es por eso que tengo que remarcar que acá está el principal y mayor problema de este reboot.
Conclusión: ¿Vale la pena?
Recapitulemos unos 16 años atrás. Cuándo Call of Duty 4: Modern Warfare salió al mercado, rompió con todos los estándares de los FPS bélicos que había en ese momento. Se dejó atrás la temática de la II Guerra Mundial que habían instaurado Medal of Honor y Steven Spielberg para pasar a un escenario actual, posible en todos los sentidos (más aún después del 11S y la invasión a Irak). Esa historia, que comenzó en 2007, nos dio dos juegos más que llevaron a la saga a convertirse en una de las más icónicas de todo Call of Duty y de casi cualquier shooter que trate sobre alguna guerra.
No quiero explayarme mucho acá, en realidad sí quiero porque es mi saga favorita, pero se haría interminable. Vamos con un mega resumen. La trilogía original de Call of Duty Modern Warfare nos llevó de asaltar un buque carguero en el medio del mar de Bering a desembarcar en un país de Medio Oriente para luego ser borrado de la faz de la tierra con una bomba nuclear. De ahí asaltamos una base rusa para detener el lanzamiento de más misiles, antes habíamos visto cómo solo dos snipers podían infiltrarse en Chernóbyl y causar estragos. Ya en el presente, solo dos tipos, nos llevamos puesta una base rusa entera en medio de las montañas y con un frío que hasta podíamos sentirlo, llevamos adelante una masacre en un aeropuerto en Rusia, asaltamos un Gulag, vimos cómo Estados Unidos era invadida por Rusia llevándonos a luchar en la Casa Blanca. Casi al final capturamos un submarino ruso en las costas de Nueva York, luchamos contra guerrilleros y hienas por Sierra Leona, tratamos de detener a terroristas en Londres y su subterráneo, destruimos media Berlín solamente para rescatar a la hija del presidente ruso, echamos abajo la torre Eiffel en París y matamos a Makarov. Déjame de decirte que este resumen no termina de hacerle justicia a la historia como tal.
A riesgo de sonar muy fanático, el trabajo que se hizo en esos 3 juegos fue increíble. Todas esas misiones que al ponerlas en un solo párrafo parecen no tener relación, al jugarlas, cambian por completo. En esta nueva saga, en este reinicio, las historias terminan desconectadas. A ver, algunas cosas siguen teniendo relación, como el caso del General Shepherd del cual ya desconfiamos del MW de 2019, que en 2022 mostró su verdadera cara y ahora sigue igual.
En otras cosas no hay relación. Volvemos a algunas zonas de Verdansk como ya era sabido, pero, por ejemplo, no hay ni rastro de la invasión que lleva adelante nuestro siempre bien recordado Khaled Al-Asad en la primera entrega de este reboot. No hay ni una referencia a él como tampoco la hay de nuestro aliado Kamarov que fue quien nos advirtió de Al-Asad al final de esa campaña. Tampoco hay rastros de Alejandro, a quien conocimos en MWII el año pasado, ni nada de esa campaña, excepto que Shepherd sigue prófugo.
Debo ser sincero. La campaña de esta entrega tiene cosas buenas, tiene momentos que podrían haber sido incluso mejor explotados, momentos en que realmente nos muestran que la guerra es injusta, que hay muertes que no son heroicas y que nos pegan feo, tiene muchas cosas que van en la esencia de un Modern Warfare. Su problema, en realidad, es que no han sabido unir aún las historias de los 3 juegos, ya que no nos han dado profundidad en las vidas de los personajes, algunas cosas de las primeras temporadas de Warzone son canon, otras no y así algunas incongruencias que rompen el clima del relato. Por ejemplo, que Verdansk haya sido destruida por completo con un misil balístico no es canon, que fuera invadida por Al-Asad y por eso comenzó Warzone tampoco es canon, pero sí lo es la aparición de Alex con una pierna ortopédica en no sé cuál temporada de Warzone. Siento que ni ellos saben cuál fue la historia real.
Eso sí, sin entrar en detalles, debo decirte que la historia se queda con un final que invita a creer que tendremos por primera vez una cuarta entrega de esta saga y es ahí donde radica la esperanza de ver a más personajes icónicos de la historia original y muchos eventos que aún no hemos presenciado en estas tres entregas. Sin dudas, es el mejor momento para que Activision dé un respiro a Modern Warfare y se centre en pulir la historia que vendrá para el cuarto capítulo. No tenemos dudas de que tiene las herramientas necesarias para lograrlo y que puede equiparar a la saga original en un hipotético MWIV que tire todo por la ventana.
Ya podés conseguir Call of Duty Modern Warfare 3 para consolas de nueva generación y PC (en esta última plataforma hicimos la review).